Habla a: Italia, cerca de Nápoles
Fecha de muerte de la ciudad: 79 años
Coordenadas: 40 ° 44'59.8 "N 14 ° 29'10.5" E
Contenido:
Breve descripción
El 24 de agosto de 79, en la ciudad romana de Pompeya, las casas se sacudieron por un terremoto. La tierra tembló y se agrietó, el mar se agitó. Se escuchó un estruendo siniestro.
Pompeya a vista de pájaro
En las entrañas de la tierra se formaron abismos tan profundos que un rebaño de ovejas de 600 cabezas cayó en uno de ellos. Entonces el Vesubio comenzó a despertar, uno de los volcanes más formidables del planeta. Una nube negra envolvió el cielo, cubriendo el sol, y el día se convirtió en noche. La cima del volcán se dividió en dos partes, columnas de humo negro y enormes lenguas de fuego se elevaron desde el respiradero.
Cenizas y pedazos de piedra pómez cayeron del cielo como si fueran de un arma gigantesca. Los chorros de lluvia que caían de la nube convirtieron la ceniza en barro líquido. Y al día siguiente, la lava fluyó a lo largo de las laderas del Vesubio, inundó los alrededores y se desató un tsunami. La erupción de una fuerza sin precedentes duró unas 18 horas. Las cenizas llegaron incluso a Egipto y Siria. La ciudad de Pompeya y 20 mil de sus habitantes fueron enterrados bajo una capa de rocas volcánicas de tres metros.
En las calles de la ciudad
Entre los muertos estaba Plinio el Viejo, un famoso escritor erudito. Impulsado por el interés científico, se acercó al Vesubio en barco y se encontró cerca de uno de los centros del desastre. Plinio trató de calmar a la gente, aconsejándoles que se ataran almohadas en la cabeza con toallas y huyeran de Pompeya. 1750 años después, Karl Bryullov inmortalizó en el lienzo la muerte de la otrora próspera ciudad romana. En la pintura "El último día de Pompeya", el pintor ruso logró transmitir la tragedia del pueblo condenado.
Pompeya - víctima del elemento fuego
Antes de pintar el cuadro, K. Bryullov recopiló mucho material histórico. Visitó las ruinas de Pompeya, examinó las casas en detalle e hizo varios bocetos: un paisaje, ruinas, cuerpos petrificados de personas. Entonces, la imagen de una mujer con un niño que se tambalea reproduce las poses de los modelos excavados, como Bryullov los vio en el museo napolitano.
gran teatro
Los científicos han logrado reconstruir las posturas de muerte de las víctimas de la erupción. En lugar del cuerpo descompuesto, se formaron vacíos y, al llenar estas cavidades con yeso, puede recrear con precisión el último movimiento de la persona moribunda. Pompeya es un ejemplo vívido de cómo un elemento furioso puede detener una vida que fluye con mesura y, como una cámara, capturar el horror del último momento. Los ricos de Pompeya murieron con sacos de oro al hombro, y los mendigos se congelaron en la pose de suplicantes.
Tradicionalmente, se creía que la muerte de los pompeyanos era larga y dolorosa: inhalando vapores de gases venenosos, la gente moría por asfixia. Pero recientemente, un grupo de vulcanólogos de Nápoles presentó una nueva versión: los habitantes de Pompeya fueron destruidos instantáneamente por un flujo piroclástico con una temperatura de 100 a 500 ° C. El gas y las cenizas que se movían a una velocidad de 100 km / h convirtieron los objetos de madera en carbón.
Templo de apolo
El pan de la panadería de Modest estaba carbonizado y los arqueólogos lo encontraron casi 2000 años después. El método de fundición con yeso ayudó a restaurar no solo cientos de cuerpos humanos y animales, sino incluso verduras y frutas.
Pompeya: una ciudad que se ha levantado desde tiempos inmemoriales
Las cenizas del Vesubio sellaron de manera confiable Pompeya, manteniéndolas casi intactas durante dos mil años. La excavación comenzó en 1748 y continúa hasta el día de hoy.... Ante la mirada de asombrados exploradores, la antigua ciudad apareció en todo su esplendor. Aquí se encuentran todas las principales estructuras típicas de la antigua cultura romana. En el centro de Pompeya se encuentra el Foro Romano, donde se concentran los edificios administrativos y religiosos, un mercado cubierto, una basílica y el Templo de Júpiter con dos arcos triunfales.
Templo de Júpiter
Había dos teatros en la ciudad: se representaban espectáculos musicales y comedias en un odeón cubierto, y animales salvajes y gladiadores competían en el escenario del anfiteatro. En el territorio del antiguo complejo romano, se han conservado baños antiguos, depósitos para fuentes, una gran cantidad de edificios residenciales, públicos y tiendas, que llevan el nombre de eventos individuales, dioses o personalidades.
Así, en el jardín cercano a la Casa del Perfumista, se cultivaron plantas para la fabricación de perfumes y aceites aromáticos. En la casa de Pinarius Ceriale, que perteneció al joyero, se encontraron cientos de piedras preciosas, y en la Casa del Cirujano, numerosos instrumentos quirúrgicos. Los habitantes adinerados decoraban sus casas con lujosos frescos y mosaicos.
Arco de Calígula
Por ejemplo, en la Casa del Poeta Trágico, las escenas de la mitología griega están inmortalizadas en pinturas al fresco, y las pinturas murales en la Villa de los Misterios ilustran el rito de iniciación a los sacramentos dionisíacos. No menos hermosa es la Casa de los Cupidos Dorados con una columnata cubierta decorada con pinturas basadas en mitos griegos. En la aristocrática casa del Fauno, el piso está cubierto con un mosaico que representa la batalla de Alejandro Magno y Darío III en Issus. Incluso las piscinas de los baños suburbanos están decoradas con frescos sobre el tema del "agua": cascadas, cuevas de montaña, etc. Como en cualquier ciudad romana, en Pompeya funcionaba un lupanario. Los dibujos eróticos que adornaban las paredes del lupanario servían como una especie de publicidad de los servicios de las "sacerdotisas del amor". Sus servicios cuestan alrededor de 8 veces más que una ración de vino.
Templo de Vespasiano
En esta ocasión, el presentador de televisión ruso Boris Oskarovich Burda bromeó acertadamente: "Si los dioses castigaron a Pompeya por su libertinaje, pronto no quedará nada de nosotros". Y los científicos argumentan que "Kara" no está lejos: las poderosas erupciones del Vesubio, comparables en fuerza al desastre de 79 años, ocurren una vez cada 2000 años.